Hay veces que paso ya de citar las frases, o de añadir explicaciones sobre su orígen. A veces ayuda a clarificar, pero otras tantas lo único que hace es liar la perdiz y distraer del contenido. Es mejor decir lo que se tiene que decir y punto. Ya basta de marear la perdiz, en mis estudios estoy algo cansado de leer libros en los que el autor se puede tirar páginas citando éste o ese otro autor, su libro, sus conferencias, symposiums e historias... Y todo no por un interés en ser pulcro en la presentación de la información de modo que el lector pueda seguir la búsqueda, sino más bien por un insano gusto de mostrar su propia erudición cuando no viene a cuento o de regodearse en su pretendida grandeza y celebridad.
Ala, no venía a cuento, pero qué a gusto me he quedao! :p
HHHHHHHhhhmmmmmmmmmm..... El descanso es la puerta a la libertad :)
Otra cosa se quedó en el tintero. Hoy leía un texto sobre Frederic W. Taylor (el hombre que con su trabajo llegó a convertirse en el símbolo de la organización científica/racional del trabajo). Uno puede pensar que fue un gran hombre por su labor en pos de un modo de trabajo más eficiente, un hombre con gran estima por el trabajo bien hecho. Pero resulta que hasta su biógrafo admite que era un neurótico, y que a menudo despertaba sonrisas por sus manías de cuidar la baldosa que pisaba en la calle o de contar los cubiertos cada dos por tres, quizá calculando el ratio con que se ensuciaban y lavaban. Lo que parecía amor por el trabajo bien hecho fue en realidad sufrimiento por una neurosis. Mira tu por dónde.
Osea que (a parte de otras dinámicas sociales) es a causa de las inquietudes de un neurótico que hoy nos vemos sometidos a tales niveles de exigencia y prisa en el trabajo.
3 comentarios:
Esta frase me suena de argo...je,je. Un monje gitano y anarquista...ja,ja,ja.
Pero si, tiene toda la razón sin descanso no hay paz, demasiada alteración.
Tres bien :)
Jeje, esque lo que es bueno se copia.
Hay veces que paso ya de citar las frases, o de añadir explicaciones sobre su orígen. A veces ayuda a clarificar, pero otras tantas lo único que hace es liar la perdiz y distraer del contenido. Es mejor decir lo que se tiene que decir y punto. Ya basta de marear la perdiz, en mis estudios estoy algo cansado de leer libros en los que el autor se puede tirar páginas citando éste o ese otro autor, su libro, sus conferencias, symposiums e historias... Y todo no por un interés en ser pulcro en la presentación de la información de modo que el lector pueda seguir la búsqueda, sino más bien por un insano gusto de mostrar su propia erudición cuando no viene a cuento o de regodearse en su pretendida grandeza y celebridad.
Ala, no venía a cuento, pero qué a gusto me he quedao! :p
HHHHHHHhhhmmmmmmmmmm..... El descanso es la puerta a la libertad :)
Otra cosa se quedó en el tintero. Hoy leía un texto sobre Frederic W. Taylor (el hombre que con su trabajo llegó a convertirse en el símbolo de la organización científica/racional del trabajo). Uno puede pensar que fue un gran hombre por su labor en pos de un modo de trabajo más eficiente, un hombre con gran estima por el trabajo bien hecho. Pero resulta que hasta su biógrafo admite que era un neurótico, y que a menudo despertaba sonrisas por sus manías de cuidar la baldosa que pisaba en la calle o de contar los cubiertos cada dos por tres, quizá calculando el ratio con que se ensuciaban y lavaban. Lo que parecía amor por el trabajo bien hecho fue en realidad sufrimiento por una neurosis. Mira tu por dónde.
Osea que (a parte de otras dinámicas sociales) es a causa de las inquietudes de un neurótico que hoy nos vemos sometidos a tales niveles de exigencia y prisa en el trabajo.
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