El abuelo, el nieto y el burro
Un buen día, un abuelo y su nieto fueron a comprar un burro a un pueblo cercano para que les ayudase en las tareas del campo. Cuando se pusieron en camino de vuelta el niño estaba ya cansado de andar, y su abuelo le dijo "súbete al burro, y así descansas". Pero la gente de ése pueblo los miraba de reojo murmurando "parece mentira que ese niño, en plena juventud, sea tan vago de ir subido al burro mientras su pobre abuelo tiene que ir andando al lado". El abuelo quedó abochornado por lo que decía la gente, y al salir del pueblo le dijo a su nieto " que vergüenza, bajate del burro y me subiré yo", a lo que el nieto accedió solícitamente.
Pero al pasar por el pueblo siguiente oyeron que la gente escandalizada exclamaba "qué abuelo más insensible y tirano! En lugar de dejar descansar al niño, débil e indefenso, se aposenta el con holgazanería en el burro y lo obliga a ir andando bajo este sol abrasador! ¿No le da vergüenza?". Y todo el mundo los miraba con desaprobación. Al salir de ese pueblo el abuelo estaba confuso, y bajándose del burro le dijo a su nieto que mejor sería que fueran los dos a pie.
Finalmente llegaron a su pueblo, pero cuando la gente los vió llegar empezó a reírse de ellos, diciendo "Qué estúpidos que son! Han tenido que hacer un camino largo y duro y hace mucho calor, pero ninguno de los dos aprovecha el burro que han comprado para hacer el camino subido en él, sino que vienen los dos andando!". Y todos sus vecinos se burlaban de ellos.
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